Humberto Ramírez presenta: Divinamente, Lucy Fabery
- 流派:Jazz 爵士
- 语种:英语
- 发行时间:2006-01-01
- 类型:录音室专辑
- 歌曲
- 时长
简介
Lucy Fabery: Personalidad auténtica del filin Los más versados conocedores han calificado el caso de Lucy Fabery como milagroso. Porque, después de sobrepasar el medio siglo de triunfal e intenso quehacer artístico, esta diva conserva sus facultades vocales en condiciones envidiables. Igualmente, el porte y la elegancia que la caracterizaron desde sus albores en el mundillo de las candilejas continúan adornando su figura. Se trata de la más original e internacional exponente puertorriqueña del filin – vocablo derivado del inglés feeling –, fusión desarrollada en La Habana a partir de 1947, que aúna al bolero antillano con el jazz estadounidense. Su nombre completo es Luz Ercilia Fabery Zenón y vio la primera luz en Humacao, un 25 de enero. Desde su más tierna infancia estuvo expuesta a la música, pues su padre, Rafael «El Indio» Fabery era violinista destacado, mientras que su progenitora, Petra Zenón, dirigía el Coro de la Escuela Superior de su pueblo. No era de extrañarse entonces que, tanta influencia, la impulsara a inclinarse por el arte del pentagrama. Luego de concluir sus grados académicos regulares ingresó a la Universidad de Puerto Rico para cursar la carrera de Pedagogía y así complacer la voluntad materna. Fue a partir de esta etapa que se motivó a emprender formalmente la que sería su brillante carrera artística. Al tiempo que formaba parte del Coro universitario, consiguió la oportunidad de hacer pinitos en programas musicales. Pocos después fue contratada como atracción permanente del centro nocturno El Morocco, situado en el sector santurcino de Miramar. Su éxito allí fue tan resonante que el ya consagrado cantante cubano Miguelito Valdés «Mister Babalú» – a la sazón estrella del aledaño Club Caribe, del Caribe Hilton – la conoció, se enamoró perdidamente de ella y se convirtió en su mentor. Mientras tanto, Lucy Fabery continuaba siendo figura habitual de «El Morocco», que promocionaría sus actuaciones allí, a través de la Prensa diaria, identificándola como «La Muñeca de Chocolate». Sin embargo, la característica que más cautivaba al público que acudía a aplaudirla era su belleza sepia, que acentuaba luciendo largos pero ajustadísimos vestidos, diseñados con el premeditado fin de resaltar su escultural figura… aunque apenas les permitieran caminar y moverse en el escenario. No fueron pocos los cronistas que reseñaron sus actuaciones enfatizando en su “escandalosa forma de vestir”. Pero, quienes a ella le interesaba gustar, la aplaudían hasta el delirio. Los demás podían tragarse su puritanismo o reventar de vergüenza ajena. Por su parte, Miguelito Valdés agenció su debut ante el público hispano de Nueva York, mismo que aconteció en el Manhattan Center. Allí compartió cartel con Gilberto Monroig, César Concepción y su Orquesta, Luis Cruz y Sus Marianaxis, Ángel Vitoria y Su Conjunto Típico Cibaeño y el grupo del pianista Joe Blanco, que la acompañó. Valdés resultó un extraordinario padrino artístico para nuestra compatriota. Porque, además de enseñarle los secretos del negocio del espectáculo – y de alertarla en algunos casos – e inculcarle disciplina en el trabajo, le sirvió de puente para su debut en Cuba, plaza que visitó constantemente durante el último lustro de la era pre-castrista para presentarse en escenarios tan exclusivos como los cabarets El Tropicana, Capri y El Parisién, del Hotel Nacional, así como en los sintonizados programas “Casino de la alegría”, “Desfile musical” y “Jueves de Partagás”…. ¡sin haber grabado todavía! Luego de que acompañara a su mentor en una serie de presentaciones en Lima y Ecuador, vino a ser durante su segundo viaje a La Habana que el sello Panart le brindó la oportunidad de grabar su primer LP, dirigida por el prestigioso Julio Gutiérrez. Haberse familiarizado en aquella plaza con figuras del calibre de José Antonio Méndez, César Portillo De la Luz, Fernando Álvarez, Elena Burke y otros exponentes emblemáticos del filin, la estimularon en estudiar más concienzudamente los legados de las vocalistas Ella Fitzgerald y Sara Vaughn, cuyos estilos influirían marcadamente en el que comenzaba a desarrollar de manera definitiva. Y, en la onda filinista, muy bien orientada por el maestro Gutiérrez, se acreditó sus primeros éxitos discográficos: “Tentación” (de José Antonio Méndez); “Eres sensacional” (de Senén Suárez) y “El hombre que me gusta a mí” (de Frank Domínguez). Fabery entonces vio materializado su gran sueño de presentarse en México. Ese contrato le fue extendido por Agustín Barrios Gómez, propietario del cabaret El Afro. Su éxito allí fue tan fenomenal, que su estadía en la capital azteca se prolongó, pues la RCA Víctor la reclamó para grabar el que sería su segundo álbum – con orquesta dirigida por Mario Ruiz Armengol, reconocido como el mejor arreglista del país – y, además, le surgieron intervenciones especiales en tres películas: “¡Ay, Calipso, no te rajes!”, “El hombre que me gusta” (inspirada en la canción que la dio a conocer en esta plaza) y “México lindo”. En lo sucesivo, sus visitas a México serían frecuentes apareciendo además en los programas televisivos de mayor sintonía, en los teatros de variedades más importantes y en las películas “Melodías inolvidables” y “El súper macho”. Viajó repetidamente a Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela. Allí, además de sus primeros éxitos, las melodías que le identificaron fueron “Tengo que acostumbrarme”, “¿Qué sabes tú?”, “Luna de Miel en Puerto Rico” y “Tu felicidad”. En la década de 1960 estableció el precedente de ser la primera estrella nacional en presentarse, a nivel estelar, en los principales salones de los hoteles Flamboyán y Caribe Hilton. Entrada la década de 1970 – además de en La Copa de Champagne, en México – eran habituales sus temporadas en el Embassy Club del Hotel Embajador en Santo Domingo; el cabaret del Panamá Hilton y, en Puerto Rico, los centros nocturnos Ocho Puertas, Hipocampo y Caimito Country Club. Lucy Fabery no frenaría su actividad artística con el trascurrir del tiempo. Incluso, durante las décadas de 1980 y 1990 tuvo oportunidad de incursionar a la actuación dramática, teniendo participaciones especiales en varias telenovelas, unitarios y montajes teatrales. En el 1987 produjo un álbum titulado con su nombre en el que figuraron destacadamente los famosos hermanos jazzistas boricuas Jerry (trompetista y conguero) y Andy González (bajista) y el maestro Eddie Gómez (contrabajo). Este nuevo trabajo que somete a la consideración de sus seguidores, “Divinamente… Lucy Fabery”, con una orquesta dirigida por el talentoso trompetista, arreglista y productor Humberto Ramírez, evidencia fehacientemente el alto nivel de calidad que ella es capaz de proyectar después de tantos años de arduo trajín en las lides artísticas. Y como tal es puntal decisivo para la conquista de una nueva generación. Humberto Ramírez primera figura del jazz en Puerto Rico A partir del lanzamiento de su primera propuesta discográfica, “Jazz Project” (RMM/Tropijazz), en 1992, Humberto Ramírez se consolidó como el más importante exponente e impulsor de la llamada “música de los músicos” entre los que desarrollan sus carreras en su patria, Puerto Rico. Desde entonces, cada año ha producido, por lo menos, un disco de jazz – en ocasiones, dos o tres – y, hasta el presente, ha experimentado con todo tipo de formaciones: duetos, tríos, cuartetos, sextetos y, claro, banda gigante (o “big band”). Este talentoso trompetista, arreglista, compositor, productor y director de orquesta, nacido en San Juan el 31 de enero de 1963, es reconocido como uno de los músicos mejor preparados de nuestro país. Inició su adiestramiento ejecutando el fliscornio (“flugerhorn”) siendo muy niño. Cuando contaba 11 años de edad inició formalmente la que sería su exitosa trayectoria cuando su progenitor, el saxofonista del mismo nombre – durante años miembro de la orquesta de Bobby Valentín – lo incorporó al combo que entonces dirigía. Mientras tanto, proseguía su adiestramiento en la Escuela Libre de Música – donde fue discípulo de la reconocida profesora Nilda Pérez – y, posteriormente, en el Conservatorio. Ya para estas fechas era habitual en destacadas agrupaciones. Durante el primer lustro de la década de 1980, Humberto Ramírez cursó estudios avanzados en composición, ejecución e improvisación de jazz, en el prestigioso Berklee College of Music, en Boston. Luego, en Los Ángeles, estudió música cinematográfica. Al regresar a su natal San Juan, encontró cabida en la orquesta salsera de Willie Rosario, convirtiéndose en uno de los pilares de dicha organización, a la que aportó su admirable capacidad como arreglista y productor, además de la de competente instrumentista. Aquí coincidió con los cantantes Gilberto Santa Rosa y Tony Vega, quienes jugarían un papel determinante en su ascenso profesional a partir de las postrimerías de aquella década. Cuando Gilberto se convirtió en solista y formó su propia banda, Humberto fue uno de sus principales colaboradores haciendo gala de sus diversas facetas. Y, cuando Tony hizo lo propio en 1988, delegó en él la tarea de organizar y dirigir la suya. Aun así, paralelamente continuó colaborando en las grabaciones de Gilberto. Y, además, participaba en producciones discográficas de otros intérpretes. Valga señalarse que su discografía como sesionista es muy extensa. Sin embargo, su gran sueño era descollar en el ámbito del jazz con un proyecto propio. Ese anhelo se hizo realidad en 1992 cuando los empresarios Jack Hook y Ralph Mercado lo reclutaron para el sello Tropijazz, que acababan de fundar. “Humberto Ramírez Jazz Project” (1992) y “Aspects” (1993) fueron sus primeros trabajos para esta empresa como figura líder. Tales discos le abrieron las puertas de eventos como el Puerto Rico Heineken JazzFest, las de escenarios como el Anfiteatro Tito Puente y los Centros de Bellas Artes de San Juan, Caguas y Guaynabo, así como de importantes festivales jazzísticos internacionales. Luego, bajo el amparo de AJ Records se editaron producciones suyas de muy alta calidad. Entre ellas: “Best Friends” – compartiendo crédito estelar con el conguero Giovanni Hidalgo – (1999); “Paradise” (2000); “Dos almas”, “Mi primer amor” – en el que retorna a sus raíces, la salsa – y “Rumbantela / Let’s Go to the Rumba!” (2002); “Miles latino”(2003) y “Duets” (2004). En estos discos comparte con jazzistas de la talla de Gonzalo Rubalcaba (pianista cubano); Horacio «El Negro» Hernández e Ignacio Berroa (bateristas, también cubanos); Alex Acuña (baterista peruano); Justo Almario (saxofonista colombiano); Mario Rivera (saxofonista dominicano) y, naturalmente, con los instrumentistas boricuas más admirados: desde Tito Puente, Dave Valentín y Hilton Ruiz, hasta Richie Flores y Egui Castrillo. Finalmente en 2005 se dio uno de sus grandes sueños: establecer su propio sello discográfico. Con el lanzamiento de “Puerto Rico Latin Jazz Moods”, la compañía Nilpo Music vio la luz, marcando una nueva etapa en su carrera musical en la cual ha sido acreedor de seis Discos de Platino, 12 Discos de Oro, seis Premios Tu Música, cuatro Premios Visionary, así como un homenaje por parte del Senado de Puerto Rico. Sin aminorar su propia actividad como jazzista, Humberto Ramírez asumió la dirección musical de la orquesta acompañante de la estrella merenguera y pop Olga Tañón en 1998. Como tal, también se le encomendó la producción del álbum “Olga viva, viva Olga” (WEA Latina) grabado en directo durante la presentación de esta intérprete en el House of Blues en Orlando, Florida. El resultado no pudo ser más halagador. El álbum mereció el premio Grammy – categoría de Música Tropical – en la edición de 2000. Humberto siempre tiene su agenda cargada de proyectos. Y “Divinamente… Lucy Fabery”, trabajo que acaba de realizar junto a quien es considerada la más importante filinista puertorriqueña, orgullosamente le convierte en puente generacional para el filin “a lo Fabery”. Humberto Ramírez presenta… Divinamente… Lucy Fabery Repertorio: 1. Juguete (Bobby Capó) 4:25 2. Inevitablemente (Rodolfo Barreras) 3:56 3. Mi versión (Sylvia Rexach) 5:42 4. No llores más (Plácido Acevedo) 4:47 5. Un amor y una canción (Puchi Balseiro) (4:20) 6. Yo quiero un besito (Myrta Silva) 3:04 7. Simplemente una ilusión (Héctor Urdaneta) 5:12 8. Summertime (George Gershwin / Ira Gershwin / Du Hayward) 6:57 9. Como los demás (José Antonio Méndez) 3:03 Producción artística, dirección musical y arreglos: Humberto Ramírez Producción General: Fundación Nacional para la Cultura Popular Productor Ejecutivo: Javier Santiago Músicos: Humberto Ramírez: Trompeta y flugelhorn Angel David Mattos: Piano Martín Santiago: Bajo Fernan Rivera – Batería Gadwin Vargas – Percusión Frankie Pérez – Saxofón Alto Reinaldo Castellanos –Saxofón Alto Manuel Pelayo – Saxofón Tenor Roberto Calderón – Saxofón Barítono Danny Fuentes – Trombón Miguel Rivera – Trombón Grabado y mezclado en Studio 233, San Juan, Puerto Rico Ingeniero de grabación y mezcla: Gerardo López Masterización: Digital Recording Services, Inc. Ingeniero de masterización: Víctor “Sonny” Hernández Fotografía carátula: Rafi Claudio Fotografía de sesiones de grabación: Laura Magruder / Yeisa Morales Diseño gráfico: Juan Carlos Medina Peinado y maquillaje: Nelly Jo Biografías y ensayo del filin: Miguel López Ortiz Escrito sobre Lucy Fabery: Ileana Cidoncha ISBN 0_9633428-2-7 @ 2006 Derechos Reservados Una producción de Fundación Nacional para la Cultura Popular Apartado 9023971, San Juan, Puerto Rico 00902-3971 Teléfono (787) 724-7165 Fax (787) 725-2498 www.PRpop.org e-mail: info@PRpop.org Todos los derechos reservados. La reproducción parcial y/o total de esta producción, sin autorización escrita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular constituye un delito procesable bajo las leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y de los Estados Unidos de América. La Fundación Nacional para la Cultura Popular es una organización sin fines de lucro incorporada en 1996 (Registro 28,558), con el fin de recopilar, sistematizar, promocionar, divulgar, apoyar, producir y exponer la aportación de los puertorriqueños a la cultura popular. Impulsada por tal propósito, desde sus inicios ha desarrollado numerosas actividades. Por ejemplo: • Noches de Arte y Bohemia, realizadas en el Paseo de las Artes en Caguas. • Campañas de medios para las películas “Héroes de otra patria”, “Los Díaz de Doris”, “El beso que me diste”, “El otro camino” y más reciente, “El Cimarrón”. • Colaboraciones continuas con el FotoMaratón y la Feria Internacional del Libro. • Reseñas musicales (semanales y especiales de dos horas) en “Desde otro punto de vista” con Nellie Rivera y Ángel Rodríguez por WKAQ Univisión Radio. • Exposiciones como “René Marqués más allá de “La carreta”, “Chucho Avellanet: ídolo de la Nueva Ola”, “Los 35 años de El Gran Combo de Puerto Rico”, “Tito Rodríguez: Trayectoria”, “De Antonio Paoli a Ricky Martin” y “Mujeres con estilo propio”. • Producciones discográficas como “Las noches de Nydia”, “El placer fugaz del amor: bertha María interpreta a Ketty Cabán” y la nueva grabación de Lucy Fabery con Humberto Ramírez. • Campañas para el Grammy logrando la nominación del joven cuatrista Manuel Alejandro en dos ocasiones. • Publicación del libro Nueva Ola Portoricensis. • Conversatorio de Nacha Guevara para estudiantes de arte en el Museo de Arte de Puerto Rico. • Conciertos navideños como “Homenaje al Mesías” y “Enciende la estrella de la paz”. A todo este esfuerzo se añade la publicación de una página Internet (www.PRpop.org) con más de 500 biografías de artistas nacionales que son utilizadas por estudiantes y estudiosos de la cultura popular, tanto en Puerto Rico como en el extranjero. Cabe señalar que datos oficiales establecen que dicho portal fue visitado por unos 34,000 cibernautas durante diciembre de 2004 solamente. Lucy Fabery y Humberto Ramírez Una obra que entrelaza generaciones Ella es una leyenda viviente del filin. Él es un un maestro de la expresión caribeña y jazzística en el pentagrama popular contemporáneo. Juntos, la cantante Lucy Fabery y el trompetista y director Humberto Ramírez, acaban de completar una importante producción que reafirma la presencia de Puerto Rico en esta cadenciosa expresión musical, que echó raíces a fines de la década de 1940 y que fusiona al bolero antillano con el jazz anglosajón. La llamada «Muñeca de Chocolate» no sólo fue la pionera en la exposición del filin en nuestra patria, sino también su voz más internacional. Siempre impartiendo a sus interpretaciones un embrujante toque de sensualidad y clase con su voz aterciopelada y su personalísimo estilo. En eso, precisamente, radica su clave para que haya sido capaz de trascender ante nuevas corrientes musicales y de seguir fascinando a nuevos públicos. A lo largo de su carrera discográfica, Lucy Fabery se ha codeado con muchos de los grandes baluartes de la música popular latinoamericana. Nombres como Julio Gutiérrez, Mario Ruiz Armengol, Jerry González, Giovanni Hidalgo y Eddie Gómez han enriquecido sus grabaciones. Mas, ante la necesidad de documentar para las generaciones venideras un nuevo proyecto que presentara el filin “a lo Lucy Fabery”, la Fundación Nacional para la Cultura Popular se propuso unir en el estudio a esta gran artista con el maestro Humberto Ramírez. Tal combinación no pudo resultar más acertada. Porque “Humberto Ramírez presenta… Divinamente, Lucy Fabery” es una producción seria que, a partir del filin, pone en justa perspectiva la aportación boricua a la bohemia. Juntos le han dado una nueva dimensión a la obra de compositores puertorriqueños como Bobby Capó, Sylvia Rexach, Héctor Urdaneta, Plácido Acevedo y Myrta Silva. Así, canciones como “Juguete”, “Mi versión”, “No llores más”, “Simplemente una ilusión”, y “Yo quiero un besito”, adquieren nuevos colores armónicos a cargo de este talentoso binomio. Para agregar un toque internacional a esta joya, Lucy incluye “Summetime”, clásico impostergable del jazz original de George Gershwin, y remoza el tema “Como los demás”, del cubano José Antonio Méndez. Además, como aportación representativa de la nueva generación, vocaliza “Inevitablemente”, aportada por Rodolfo Barreras, mientras que de la legendaria Puchi Balseiro estrena la titulada “Un amor y una canción”. Fiel a su leyenda como «Reina del Filin», la voz de la Fabery se proyecta profunda y emotiva. Y para complementar esa labor interpretativa a la perfección, Humberto Ramírez ha sabido dirigir con maestría e impecabilidad este ingenioso proyecto musical. Contando con instrumentistas del calibre de Ángel David Mattos (pianista); Danny Fuentes (trombonista); Reinaldo Castellanos (saxofonista alto); Manuel Pelayo (saxofonista tenor); Martín Santiago (bajista) y Fernan Rivera (baterista), “Divinamente” se convierte en una experiencia placentera y gratificante aún para el público más exigente. Así, a tono con los principios de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, este proyecto va más allá de la música para responder a la necesidad en nuestro pueblo de entrelazar generaciones. De ahí que la experiencia interpretativa de la cantante se funda a la perfección con el ímpetu de un músico, arreglista y director que, luego de merecer un Grammy por la producción que realizara para Olga Tañón en el 2000, se ha ganado el respeto de las nuevas generaciones, tanto en su patria como en el extranjero. “Humberto Ramírez presenta… Divinamente, Lucy Fabery” es, por demás. documentación necesaria para las nuevas generaciones sobre el paso del boricua por las veredas del jazz y el filin. Y, más aún es, de igual manera, una invitación a fomentar la apreciación de nuestro talento en un estilo que, ante la creciente aceptación del jazz en nuestro país, necesitaba una obra como ésta para reafirmar su vigencia en el nuevo siglo.