Lo clásico, si bueno, dos veces clásico. Y es que Ofrenda a Borinquen, el nuevo disco de Gema y Pável, ya entra en el exclusivo parnaso de lo clásico por partida doble. Clásico porque estos dos músicos cubanos de formación impecable y virtuosismo sin límites, han hurgado en las raíces de la música popular puertorriqueña para tomar canciones de ese repertorio y darnos, como propuesta, un disco que -por mérito y derecho propios-, es una joya del panorama musical. Recorrido u homenaje, riesgo o hallazgo pueden ser palabras que intenten definirlo, pero Ofrenda a Borinquen se resiste a las etiquetas, va más allá, al tiempo que consigue la renovación y fusión de varios estilos desde la exclusividad con que se han caracterizado Gema y Pável, herederos de lo mejor de la música cubana y creadores de un estilo propio (único en el mapa musical) en que fusionan con maestría elementos del jazz, el bossa nova, el flamenco, los ritmos africanos y latinos, por sólo citar algunos. Que sean músicos cubanos ellos y que el disco nazca y se desarrolle en Puerto Rico ya promete un interés inevitable, único, como si al caminar por una calle del viejo San Juan entráramos de pronto a la penumbra de un bar habanero, o viceversa. Que nos sentemos a la mesa para oír esta fusión de boleros, son, rumbas y salsa (entre otras) desde la renovación de estilo que nos ofrece este dúo es ya un privilegio difícil de explicar. Que coincidan Pável y Gema -uno de los más grandes y arriesgados compositores del momento y una voz que ya hay que situar entre las más grandes cantantes de todos los tiempos-, en esta Ofrenda a Borinquen, hace de este trabajo uno de esos discos que llegan para pactar con la historia. Hay que escuchar los arreglos que el maestro Pável hace de “Tus pasos”, canción de Sylvia Rexach o la jocosidad a veces dramática de “Quítate de la vía Perico” del compositor Juan Hernández, aunque convendría llamar la atención sobre la fusión que hacen del funky, el reguetton y los timbres urbanos en “Juanito Alimaña”. Sería difícil escoger una canción favorita: sus polifonías, sus innovaciones estilísticas, su diversidad de tonos y ritmos que van desde lo mejor de la rumba y lo bailable (también incluye mambos y sones) hasta el rap y el bolero más clásico. Gema y Pável han logrado un disco que ya servirá de referencia musical cuando se hable de fusión y música caribeña. No podemos obviar que ritmos autóctonos de Puerto Rico, han sido trabajados con meticulosidad y son, en esencia, la base de este trabajo; canciones como “El Cumbanchero”(una de las canciones joyas de este disco)es el resultado de una mezcla de plena y conga cubana ,que deviene timba de la mejor, al final, para sorpresa de muchos, el carnaval, la parranda, la Plena puertorriqueña y el cantar repetido del coquí de la isla del encanto o como “Las Caras lindas” para la que utilizaron barriles de bomba y la base rítmica parte de uno de los toques de este estilo musical de Puerto Rico, mezclado con el cajón flamenco, congas cubanas y las pailas. Lo clásico, si bueno, dos veces clásico; pero ¿cuántas veces bueno será este disco de Gema y Pavel cuando tiene músicos de lujo, de la talla del boricua Ricardo Pons (profesor de música en la Universidad Interamericana de Puerto Rico e imprescindible en el panorama musical actual de la isla) o el cubano Yosvany Terry (que forma parte de importantes proyectos de jazz como el de Gonzalo Rubalcaba y es uno de los músicos más innovadores en la escena del jazz neoyorquino) o Tony Escapa y Cheito Quiñones de las bandas de Gloria Estefan y Ricky Martin, o invitados estrellas como Danny Rivera o Jerry Medina que con sus voces y estilos peculiares, le dan al disco una estatura de coloso?