Maruja Muci, una voz que canta libertad.  En días tan complicados como los que vive el mundo entero,  donde tanta falta nos hace Mandela, Simón Díaz, la Madre Teresa o Mercedes Sosa- genios que apostaron por el amor como arma de cambio- Maruja Muci acude a las bases hipnóticas para acercarla a estas alturas del mundo al respeto por la libertad.  Para Maruja atrás quedan los días de trufas, chantilly y caramelos. Tampoco se devolvió al folk, el nujazz o los acordes de guitarras clásicas, hoy se rebeló y está conectada con la realidad global, encaramada en el synth pop sincrónico, busca una base palpitante hasta regalarnos chispas de electro sobre un colchón atmosférico.   Regresa luego del año sabático, no solamente para recordarnos que su voz,  esa única voz en forma de abracadabra,  sigue siendo un bálsamo geométrico correctamente aplicado pero ahora en forma de riesgo,  desconectada del modo avión,  aterrizada y buscando un sonido industrial que apalanque su nuevo ecosistema:  esa urgente necesidad que tiene como cantante por decir cosas. Es una astronauta,  un terciopelo que ahora hipnotiza y reclama coraje. Es una venezolana que como todos,  espera ver el amanecer con todos sus colores. Como pocas, canta para reclamar libertad. Alexis Mora - julio 2016