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简介
Los ritmos fluctúan entre canción, bolero, vals, son y huapango. La interpretación y las formas son variadas, en términos generales, se consideran dentro la música del norte y del centro de México. Contenido del CD Fuimos de serenata. 1. Fuimos de serenata Canción Laura Díaz, voz; Juan Frías, voz; Raúl Cortés, violín primero; Karina Cortés, violín segundo; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón y voz. 26-08-2000 2:30 Platicaron la anécdota los muchachos de una tuna; tenía gracia y de ellos surgió la canción. En apariencia les gustó, pero luego ni caso le hicieron y ni modo, a mí me tocó cantarla. La otra noche fuimos de serenata, cacheteaba las banquetas Rafael; dieciocho años iba a cumplir la ingrata y toda la palomilla fue con él. Oye Rafa, yo creo que no la hacemos, Con canciones no la vas a conquistar, Si su padre es mariachi de los buenos, Mejor déjala, te vas a ver muy mal. No sean gachos, de veras no sean gachos, Ahora que ando bien lleno de valor, Si le caigo con todos mis cuatachos Esta noche conquistaré su amor. Canten fuerte, nos dijo el angelito Con su voz aguardientosa al comenzar; Que se escuche allá en el segundo piso, Abusados, no la vayan a regar. Al momento que Edith abrió la puerta, El oaxaco por poquito la atropella Y al mirarla con su cara de muerta Con abrazos nos lanzamos sobre de ella. Que aventuras señores, tan bonitas Como aquella que entonces yo viví; Nos brindaron café con galletitas Y al oaxaco le dijeron que sí. 2. Es cucha María Sanjuana Canción Cruz Mejía, requinto, guitarra sexta y voz. 15-02-2016 3:49 Ya saben como es la raza, cualquier particularidad de una persona es motivo de diversión y los muchachos no se contienen, aún cuando el hecho raye en la ofensa o la agresión. Es cucha María SanJuana, Es cucha mi bien querer; Es cucha en la madrugada y es cucha al amanecer. Aquí me ando serenando como un triste trovador, al amparo de la noche por una queja de amor. A orillas de la laguna Se oyó cantar una rana; En su tonada decía: es cucha María SanJuana. Un sapo y un tecolote Muy cerca de su casucha, Cantaban bien convencidos, Que María SanJuana es cucha. Rezumbaron las cigarras A la orilla del solar; Si María SanJuana es cucha, También queremos cantar. Al oscurecer los grillos Soltaron su melodía, Decía su cantar nocturno, Es cucha Juana María. A la luz de las estrellas Me llega la inspiración, Que es cucha María SanJuana, Lo sabe mi corazón. Para plantarle un besito Hay que ponerse muy trucha; De ladito y con sigilo Que María SanJuana es cucha. Se le puede conquistar Cantándole en su ventana, De noche como de día, Es cucha María SanJuana. Atenta María Sanjuana Escuchaba la tonada; Si les puede que sea cucha, Vayan mucho a la tiznada A cantarle a su mamá, La tienen muy olvidada. 3. Te quiero con la panza Bolero Germán Lemus, requinto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón; Belén González, maracas; Leonardo González, bongós. 12-02-1990 4:00 ¿De dónde salió la ocurrencia de atribuirle al corazón los pálpitos amorosos? si cuando se anda en esos trances se sacude todo el cuerpo. El enamoramiento puede entrar por cualquier víscera para arraigar en lo más blandito de nuestro ser, donde germinará la semilla del arrejuntamiento de las emociones. Te quiero con la panza, Con todo el ombligo; Si vinieras conmigo Lo habrías de entender; Te traigo en la barriga, Clavada en el plexo, Lo tengo bien convexo Te adoro, mujer. Siempre el pensamiento te acurruca, En todos mis sueños participas; Hasta se me retuercen las tripas, Tiemblo de los pies hasta la nuca. Mi panza enamorada A ti te prefiere; Manifestarte quiere Su inmensa pasión; Detente en tu camino, Haz si quiera una pausa, No ves que esa es la causa Que esté tan panzón. 4. María del Ponto Canción Cecilia Pérez, Violoncello; Alberto Pérez, Violoncello; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz. 10-12-2012 2:33 Una muchacha muy perfumada vive aún sin conseguir nada para sí; ¿cuál será el valor de los perfumes franceses? Olorosa viene la María del Ponto, La María del Ponto que olorosa viene; Ella en la pasada huele muy bonito, Se sigue de frente y su olor se detiene. Me gusta el aroma de María del Ponto Perfume de flores, de gentil fragancia; Agua de colonia, toilettes y esencias, Le fijan, le sientan con mucha elegancia. Cuando uno platica con María del Ponto Su voz menudita fluye perfumada; Tiene en su persona la mejor fragancia, En cuestión de aromas no le falta nada. Para perfumarse la María del Ponto En su casa tiene su jardín florido; Si tiene belleza, juventud y gracia, ¡No se porqué diantres no tiene marido!. Hasta los suspiros de María del Ponto Le salen del alma siempre perfumados; Toda su presencia y su solo recuerdo Derraman fragancia para todos lados. Lo que no me gusta de María del Ponto Que cargue cigarros y que se los fume; Si tiene el aroma de todas las flores, Que deje ese vicio y mejor se perfume. 5. Cansada de ser feliz Bolero Georgina Calderón, voz; Pepe González, acordeón; Marco Antonio Bautista, saxofón alto; Cruz Mejía, guitarra sexta; Segundo Mejía, guitarrón; Javier Rincón, bongós. 12-08-1995 2:35 La vida moderna se funda en el consumismo; el rico con todos sus satisfactores, se aburre y se vuelve ocioso; con ello hasta la felicidad llega a cansar. Estoy cansada de ser feliz, Tus apapachos ya no son nada; Si tus caricias ya no me llenan, Quiero una vida desenfrenada. En cuanto a amores, Me diste todo, Un cielo nuevo y un mundo aparte; Ni un grito fuerte, ni una trompada, No tengo nada que reclamarte. Quiero vivir como mis amigas, Ir al psiquiatra, tomar pastillas, Estar del chongo con mi marido, Lo que a tu lado no he conseguido. 6. Si quiera un ratito Canción Georgina Calderón, voz; Pepe González, acordeón; Marco Antonio Bautista, saxofón alto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 12-08-1995 2:08 Enredarse con las casadas tiene sus riesgos; pero a las escondidas saben mejor las emociones; cuestión de saber capearse y ganarle tiempo al tiempo. Que tal si nos vamos amando, Queriéndonos a lo bonito; Nos damos cualquier tiempecito Para acariciarnos ahí de vez en cuando. Me dieras mi bien tus amores, Enrédalos pues, con los míos; De veras, que bonitos líos Llenar de caricias tus alrededores. A veces se siente miedito, La duda comienza a hacer mella; Pero hemos de ver las estrellas, Vámonos queriendo siquiera un ratito. 7. La fumadora Son Rocío Linares, voz; Cruz Mejía, voz; Raúl Cortés, primer violín; Karina Cortés, segundo violín; Gabriel Sanvicente, vihuela y voz; Claudia Cortés, vihuela; David Cortés, guitarrón. 27-11-1999 2:56 La maña del cigarro puede acabar con el mundo entero; ha provocado grandes incendios, comenzando con el dinero quemado en la trompa de los fumadores; pero ni fuerza les hace. Con este vicio no será difícil ver en cualquier rato el planeta convertido en cenizas. De dónde sale tanto humo, Vida mía, qué está pasando; Prendiste la leña verde, La casa se está quemando; Por ahí anda el diablo suelto O el mundo se esta acabando; No te asustes vida mía, Es que yo estaba fumando; Con que ya te diste al vicio, Ahora dime, desde cuándo. Platicaba Pancho Hernández Con Teresa, su señora: De modo que en esas andas, Te volviste fumadora, Envenenándote el cuerpo Mientras la salud empeora; Gastándote los centavos Que tanto nos cuestan ahora; ¿crees que te ves muy bonita?, pareces locomotora. En qué consiste el cigarro, Creo que lo hemos platicado: Es un tubo de papel Con tabaco rellenado; Se prende un cerillo enfrente Y un tarugo al otro lado; El humo se va a la sangre Hasta del que no ha fumado; Ahí andamos tosijosos Con los pulmones tiznados. 8. María de la oscuridad Bolero Germán Lemus, requinto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón; Leonardo González, bongós. 23–10-1989 2:51 María de la Luz no vino, doña penumbra ni se asomó; sólo se quedó conmigo la ausencia de todos los colores afanándose por cobrar forma en el vacío, para hacerse María de la nada con el hálito del silencio engreidor. Voy a escribirte unas líneas Para decirte que te amo María de la oscuridad; Que en las sombras de tu nombre Se acurruca mi esperanza Y toda mi necesidad. Como un farol extinguido Sin carbón y sin petróleo Te siente mi corazón; Eres la más densa niebla, Confusa masa del éter, Mi más negro nubarrón. Más allá de los colores, tu presencia siempre umbría Me hace rendirme a tus pies; Dale tus sombras a mi alma, Que necesito con ansias Perderme en tu lobreguez. Eres mi cielo nublado Sin relámpagos ni truenos Antes de la tempestad; Eres mi sol apagado, la nebulosa en reposo, María de la Oscuridad. 9. Me voy a volver doctor Canción Germán Lemus, requinto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 08-02-1997 1:24 Uno siendo casi nada, ¿cómo puede atreverse a tintinear el alma de una galena con pretensiones de amor?; por lo menos, debe ir a la escuela unos cinco años para poder arrimársele tantito. Me voy a volver doctor Para ver a la doctora Y al meterme por sus ojos, A ver si ella se enamora. De veras me decidí A estudiar la medicina, Entre la ciencia y sus ojos, La impaciencia me domina. Doctora, si usted quisiera Que la quiera con locura; A toda hora se le admira, Eso lo sabe muy bien. El alma en su afán no para, Donde quiera le suspira; Si le adora con ternura, Pues quiérala usted también. 10. El llavero para las llaves de mi alma Canción Germán Lemus, requinto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 08-02-1997 2:56 Si no puede quererse limpiamente, como dice la canción, entonces el modo de querer es sucio; siendo así, ¿cómo entregar las llaves de un alma percudida? Aquí tienes el llavero Para las llaves de mi alma; No las pongas en un hilo, Que se te pueden perder; Si las tiras en la calle, Pues entonces no respondo, Ten en cuenta que cualquiera Así se puede meter. Tú bien sabes que te quiero, Y te quiero limpiamente; Qué tiene que ver la mugre Con mi amor y tu amistad; Sólo hay que cerrar los ojos, Juntar los entendimientos, Detergentes y jabones No hacen falta en realidad. Se siente re’te bonito Arrimarse a tu persona, Envolverse entre suspiros Que hasta el cielo van a dar; Que me abraces suavecito O como te de la gana, Por eso te di el llavero, No lo vayas a extraviar. 11. Tuve que pagar con sangre Bolero Pepe González, acordeón; Marco Antonio Bautista, saxofón alto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón; Javier Rincón, tarola. 14-08-1994 3:17 Como si fueran a desjaretar un costal de frijol, rasgaron mis carnes con el brillo afilado de una daga llamada bisturí. La encargada de esa operación fue la doctora Rosa María Guzmán en el hospital de salubridad de Tlalnepantla, el miércoles 3 de enero de 1990, donde para salir se debió pagar con el líquido escarlata circulante en las arterias. En el umbral del más allá me pude ver, Tuve la suerte de caer a un hospital Donde los hilos del destino se entrecruzan, Donde se funden lo vital y lo mortal. Que estaba grave me dijeron, ya verán, Una doctora que esgrimió su bisturí; Me abrió la panza, remendó no sé que cosa Y a los tres días ya me tienen por aquí. Como no tengo plata, tuve que pagar con sangre y tiempo de los compas, que dejaron de chambear; si mis impuestos no resultan suficientes, pues qué infelices, no les vine a limosnear. 12. Sangre morada Canción Pepe González, acordeón; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, tololoche. 08-02-1997 2:30 Si ya se habla de la sangre azul de los curros buenos para nada, también puede pensarse en gente con sangre de todos los colores del arco iris. Cuando se alude a los labios, siempre son rojos; ya sería bueno teñirlos de otra tinta; y no digan de los ojos, pudieran tener el brillo fosforescente de las estrellas de mar. Tus ojos color de rosa igual que tus labios verdes, te hacen lucir muy hermosa, quién quite y de mí te acuerdes. Tu pelo es tan cristalino, Tus mejillas transparentes, Tienes el aliento fino Y fulgores en los dientes. La sangre morada Que corre en tus venas, Circula cargada De caricias plenas. Me atiricia con su sombra Tu cuerpo de enredadera, Hasta el pensamiento escombra, Me agarro por donde quiera. Sintiendo tu calorcito Me veo en las inmensidades, Casi casi me derrito Ahí en tus profundidades. 13. No soy de sangre azúl Canción Baltasar Cervantes, acordeón; Cruz Mejía, voz; Teófilo Cervantes, bajo sexto; Segundo Mejía, tololoche. 05-08-2000 2:20 Si cada quien tuviera la sangre de diferente color, cómo le haríamos para el acoplamiento a la hora de la empatía.; por lo pronto y en calidad de mientras buscaremos armonizar con la música de nuestros apellidos. Un día te quise dar mi sangre colorada, valió pura fregada, no te importó mi amor; pensaba para ti mi nombre y mi apellido, me vi muy atrevido, no son ningún valor. Me enamoré de ti Sin ver la diferencia, Por falta de experiencia No supe comprender; Merece una sanción Mi corazón iluso, Pues cómo se me puso Que fueras mi mujer. No soy de sangre azul, Pues he nacido payo, No tengo ni caballo Ni posición social; Me moriré de pie Por no tener, por cierto, Ni en que caerme muerto, Malhaya sea mi mal. 14. El cadaver de un dijunto Son huasteco Karina Cortés, violín; David Cortés, quinta huapanguera; Cruz Mejía, voz; Segundo Mejía, guitarrón. 26-08-2000 3:00 A veces hablamos muy a lo absurdo, figurativamente o de manera redundante: “me duele mi pie”, como si pudiera dolernos el pie de otra persona; tal ocurre cuando nos referimos a un muerto, único dueño de su propio cadáver, aún cuando en vida, el ahora occiso, haya sido el más desgraciado. Me encontré con el cadáver De un dijunto ya bien muerto; De un dijunto ya bien muerto Me encontré con el cadáver; Ustedes dirán quien sabe, Pero yo digo que es cierto; No se quien sería ese fiambre, Pero tenía el cuerpo yerto. Seguro estaba sin vida, Pues me lo encontré finado; Pues me lo encontré finado, Seguro estaba sin vida; Con el alma desprendida, Quietecito y acostado, La existencia ya perdida Y su cuerpo aletargado. Antes de que se muriera, El dijunto estaba vivo, Ya se volvió calavera, Que también pudo haber sido; Si tuvo quien lo quisiera, Ya lo echarán al olvido. Se murió, perdió la vida, Se terminó su existencia; Se terminó su existencia, Se murió, perdió la vida; Su misión ya está cumplida, Se acabó la penitencia, Finalizaron sus días, No se sabe si hay herencia. Los que viven y se mueren Ya dejaron de vivir; Ya dejaron de vivir Los que viven y se mueren; Los que mueren, ya vivieron, Pero les toco morir; La vida tiene principio, La muerte no tiene fin. Antes de que se muriera… 15. Ya los perros buscan sombra Canción Pepe González, acordeón; Marco Antonio Bautista, saxofón alto; Cruz Mejía, bajo sexto y voz; Segundo Mejía, tololoche. 26-08-2000 2:45 El borracho consuetudinario nunca ve las cosas al natural; para él, el sol es más amarillo, el suelo no se está quieto, la temperatura es más baja, le hastían los olores, le golpean los sonidos. El arrepentimiento sólo le dura mientras pasa la cruda, para volver a agarrar el pisto. Ya los perros buscan sombra porque el sol arriba aprieta, yo tirado en la banqueta sin poderme levantar; aturdido el pensamiento, la memoria contrariada, la visión casi nublada y un terrible malestar. La borrasca de la noche me aventó por estos rumbos, llegué aquí dando de tumbos y en el suelo me quedé; estoy como una piltrafa: todo acedo, bien mosqueado, por los perros orinado, donde me hallo, no lo sé. Por etílicos placeres He perdido el equilibrio, Mordí fuego, masqué vidrio A plena satisfacción; Hoy quisiera reponerme, Soy su amigo, buen cristiano, A ver quien me da la mano, Necesito un levantón. 16. Trasplante de corazón Canción Raúl Cortés, violín primero; Karina Cortés, violín segundo; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 02-09-2000 3:49 Más de dos décadas de retraso; por la negativa del presidente Gustavo Díaz Ordaz, la operación no se llevó a cabo en los años sesenta; fue hasta el jueves 21 de julio de 1988, cuando el doctor Rubén Argüero realizó el primer trasplante de corazón en el hospital centro médico La Raza del seguro social; el beneficiario fue el señor José Fernando Tafolla de 45 años de edad, a quien después de habérsele implantado el corazón de una joven de 21 años, vivió seis meses más, confirmándose con ello, un gran logro de los médicos mexicanos. Ni van a creerme señores presentes la nueva que traigo, Me la platicaron allá en el seguro los meros doctores; Se trata de un hombre que entre las mujeres gozaba de arraigo, Ya estaba macizo pero él deshojaba las más bellas flores. Sobre las espaldas cuarenta y cinco años cargaba sin mella, Bajo las costillas un corazonzote latiendo de gusto; Múltiples hazañas riesgosas confiaba a su muy buena estrella, Sin imaginarse que tales excesos podrían darle un susto. Aquel individuo gozaba en amores mejor que cualquiera, Los hombres celosos le agarraron tirria, pues nada dejaba, Pero un día de tantos topo con una hembra exigente y matrera, Nomás por cumplir, su músculo cardiaco de pronto se traba. Eterna la angustia, la única esperanza se cifra en la ciencia En tal circunstancia sí es oro molido hasta el mínimo instante; Los médicos optan por poner en juego toda su experiencia, Este hombre se salva si aquí se pudiera lograr un trasplante. De dónde agarramos el corazón sano que se necesita, Algún desahuciado que vaya a morirse, hay que estar muy alerta; Llegó una muchacha con sus veintiún años y el alma marchita, Que me abran el pecho, yo por sus desaires así vivo muerta. Luego lo operaron y evolucionó satisfactoriamente, Aquella muchacha nomás por amor se entregó a su destino; Rejuvenecido volvió a las andadas, platica la gente, Y hoy busca a los hombres, pues se le implantó un corazón femenino. 17. Tres semanas Vals Guillermo Trejo, requinto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 15-02-2006 2:19 Ahora los emparejamientos son más rápidos; escasea el tiempo para andar con contemplaciones y en un descuido nos ganan en la conquista. Para no arriesgarle, más vale pegar el brinco anticipado; total, las separaciones están a la orden del día. Tres semanas sin sosiego en ningún lado, En lo negro de tus ojos me perdí; Me miraste, yo ya estaba enamorado, Tres semanas para que dijeras sí. Una banca en los jardines de la escuela Se meció con el latir del corazón; Un besito, luego el pensamiento vuela, Es cupido que me hiere con su arpón. Pasó el tiempo y te mirabas desconfiada, Insegura, no sabías qué responder; Pero también te sentías enamorada, Hoy me quieres, yo te quiero desde ayer. 18. Humorcito Bolero Guillermo Trejo, tres; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón; Luis Mondragón, claves y bongó. 13-02-2006 2:13 Los cinco sentidos nos llevan a reconocer nuestro entorno y de él nos traen las sensaciones; a la distancia las vemos, más cerca las escuchamos; luego, con su presencia sentimos su calor, su textura, cómo huele y adivinamos su sabor; así nos damos al disfrute de todo lo percibido. Me sonó bien chulo tu nombre, Como el ruido de un ventarrón; Tu mirada fue una centella Y tu plática una canción. Por haber tocado tus manos Me abrazó el calor de tu piel Y mi sombra junto a tu cuerpo Febrilmente se perdió en él. Palabras, Tenebras, Tú vibras; Mis obras no cubras, La historia se fue. Humorcito de tus hormonas, Tus recuerdos dejaste en mí; Despertaron las feromonas En el tiempo que yo te di. 19. No quiero sobras Vals Cruz Mejía, voz; Arturo Altamirano, piano. 16-07-2005 3:04 Ferrusquilla dice conformarse con tantito, está esperando el momento libre de la ingrata; y si no hay tiempo libre, ¿o si en el tiempo de okis no hay disposición?, ¿cuál va a ser el modo de contentarse?. Las sobras de la abundancia de las mesas cuando sobran, sobras son, pueden mitigar un poco el hambre del hambriento; pero las probaditas de amor alborotan la pasión, y quien las prueba se queda peor. Bien sabes todas mis maniobras: Yo no quiero sobras En cuestión de amor; Lo que hay en tu persona es mío, Sea tiempo de frío O tiempo de calor. Tú cuerpo a mí me pertenece, Si es que te parece Y sino, también; Cuidado con las malas obras, Yo no quiero sobras En cuestión de amor. No quiero que te me entretengas, Todo lo que tengas échalo pa’ acá; lo mismo haré con muchas ganas con tus dos hermanas y con tu mamá. Y nada de ver a otro lado Cuando esté ocupado Aquí tu servidor; Cuidado con las malas obras, Yo no quiero sobras En cuestión de amor. 20. Quiero dormir contigo Huapango Guillermo Trejo, requinto; Cruz Mejía, Guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 15-02-2006 1:47 Querer y no querer puede ser lo mismo. Decimos una cosa para dar a entender otra; hay frases muy hechas, y hechos, sólo en palabras. Se sueña despierto, por el temor de no soñar dormidos. Quiero dormir contigo, aunque no duerma, Ahí cuando ya te sientas convencida; no temas que te vaya a dar el sida, de eso a mi lado ninguna se enferma. Puede que te embaraces angioesperma, Porque llegue a fallarnos la movida; Después verás que nunca se te olvida, Vámonos a pasear por el río Lerma. Eso del embarazo, es si tú quieres, Claro que tomaremos precauciones; Eso peligran siempre las mujeres Dándole rienda suelta a las pasiones; A uno ya andando en esos menesteres, Siempre le valen gorro las razones. 21. Como una zaranda vieja Canción Pepe González, acordeón; Marco Antonio Bautista, saxofón alto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón; Javier Rincón, tarola. 12-08-1995 2:35 Eso de andar arrastrando la cobija y ensuciando el apellido a nada bueno conduce; pero luego nos gusta el trote del macho, aún bajo los ventarrones, y por más sacudidas recibidas uno no entiende. Según parece, el tristear también es parte de la vida, a cualquiera le puede llover en su milpita. Como una zaranda vieja Tengo el alma hecha jiritas, Había puesto el pensamiento En una mujer bonita; No obstante su indiferencia, Lo necio no se me quita. Ya tengo mi aguja de arria Para ponerle el remiendo, Aunque no sirva de mucho, La cosa es que yo no entiendo; Amores que se me meten, Amores que van saliendo. Extraviados los suspiros, Los pensamientos regados; Se los llevaron los vientos A volar por todos lados. Para qué tanta tristeza, vale más que se me salga; el alma aviva ilusiones mientras la agonía se alarga; si no me sirve de nada, ¿por qué diantres no se larga?. Ay que vida tan caramba, Está llena de dulzuras; Los hombres y las mujeres Se mecen en sus ternuras; A algunos ya no nos toca, Somos puras malechuras. 22. Pa´ mi güera Huapango Germán Lemus, requinto; Cruz Mejía guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 26-09-1987 2:07 Por algún trauma hereditario, siempre vemos güerita a la pretensa, no le hace si es trigueña o de a tiro esté jumeada; lo importante es poderla agasajar, aún cuando sea con lo imposible para un pobre; llegando a gobernador se puede comprar cuanto le de la gana al pretendiente. Cómo me gusta la güera Y qué he de hacer, si ya la vi; Nomás falta que ella quiera, Que se pueda decidir, Que yo el corazón le diera Si ella me dice que sí. Patzcuaro le compraría, Si tuviera y lo vendieran, Lo compraba pa’ mi güera, Porque yo la quiero bien; Luego le haría su casita En la vera, de madera, Con mis brazos se la hiciera; Así la quisiera ver, Si me diera su querer. 23. Hablar de la dieta Canción Segundo Mejía, armónica de boca; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz. 9-02-2009 2:32 Tenemos fama de obesos y de diabéticos por la mala alimentación. A dónde llegaremos con estos salarios y con tanto anuncio a través de los medios, en donde el negocio del alimento chatarra hace de las suyas con la complacencia de nuestras autoridades de salud. Se puso de moda Hablar de la dieta, Así lo decreta La televisión; Prohibiendo tortillas, Fríjol y el virote, Con un gran mitote, Qué desilusión. Pero nos induce A consumir chatarra, A agarrar la jarra, Beber y fumar; Es buena inventora De necesidades, A todas edades Nos hace gastar. Si somos chaparros, Panzones y feos, Cuántos galanteos Nos quieren hacer; Verduras y frutas, Carnes y pescados; Si estamos hambreados, Queremos comer. Lo poco que pagan Nunca nos alcanza Pa’llenar la panza, Esa es la verdad; Si hubiera justicia No habría tanto apuro, Habría de seguro Productividad. Lo que consumimos Es pura energía Pa’aguantar el día Y mañana volver; El cuerpo requiere También vitaminas, Muchas proteínas Pa’ poder crecer. 24. El compa Cruz y el compa Fer Canción Pepe González, acordeón; Vicente Labastida, saxofón alto; Cruz Mejía, guitarra sexta y voz; Segundo Mejía, guitarrón. 27-05-1989 3:27 Uno siempre ve a sus crías como los más bonitos, mejores que nadie; aún cuando éstos salgan pa’ la fregada de carajos. El deseo es verlos como un motivo de orgullo ante la sociedad; si no salen malas gentes, al menos, ya ganamos. El compa Cruz y el compa Fer, Dos camaradas muy queridos; Yo los aprecio de a de veras Porque son buenos amigos. El compa Cruz y el compa Fer, Dos caballeros respetables; Tienen un porte distinguido Y sobretodo, muy amables. Al compa Cruz y al compa Fer Ustedes deben conocer; El compa Fer y el compa Cruz Van a pasearse en autobús. El compa Cruz y el compa Fer Tienen talento y muy buen juicio; Cuando se ofrece y los requieren Nunca niegan un servicio. Al compa Cruz y al compa Fer Se les respeta y se les quiere; Toda la gente los saluda Donde sea, fuere quien fuere. Al compa Cruz y al compa Fer Ustedes deben conocer; Ese Fernando y Cruz también Se van a encaramar al tren. El compa Cruz y el compa Fer Son dos finísimas personas; desde el principio se comprende que son gente muy entrona. Al compa Cruz y al compa Fer Los quiere bien la palomilla; Pues por aquí no hay una casa Donde no les den la silla. Al compa Cruz y al compa Fer Ustedes deben conocer; El Cruz Horacio y Fernandón Van a pasearse en un avión.